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Hita ¿en la memoria de todos? |
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Algunas personas, bien sea por lazos familiares o porque tienen ese buen gusto de
querer ser, hacen de Hita su segundo hogar. En él pasan sus días libres, participan de
sus fiestas, gastan o invierten sus ahorros y legítimamente, a nuestro modo de ver,
rivalizan con los demás viviendo y compartiendo ilusiones o manifestando opiniones.
Otros, tal vez sin preguntarse por qué, tienen ese ánimo, esa disposición o quién sabe
si esa necesidad del retorno a sus orígenes manifestando sus ideas de permanecer en esta
tierra incluso más allá de la muerte.
Unos y otros, junto con los residentes -sin duda los más preocupados, celosos y garantes
del pueblo, pues no en balde lo viven día a día- formamos un colectivo abierto y plural,
que en la más amplia y generosa acepción de la palabra podemos definir como Pueblo y que
por encima de problemas inherentes a toda sociedad o grupo nos une infinitamente más que
nos separa, porque:¿acaso no nos es común esa ilusión por ver a Hita más joven y
activa, con más vida como solemos decir?
¿Acaso no nos es común esa alegría cada vez que surge una nueva vivienda, se arregla
una nueva calle o se abre una nueva tienda?
¿Acaso no nos es común ese apego a este bendito y singular cerro, a estas tierras
resecas y no siempre agradecidas a quien tanto las ha mimado o las mima con su trabajo?
¿Acaso no nos es común una cierta sensación de estar olvidados ante la evidencia de
tener el Conjunto Histórico Artístico más abandonado de los que en nuestra Provincia
han sido así denominados?
En nombre de esta y muchas otras afinidades, de este sentir, nos atrevo a informar y si se
nos permite a reivindicar desde y para nuestro Pueblo.
Pero antes deseamos hacer un poco de historia, exponiendo algunas circunstancias sobre el
estado de la infraestructura del pueblo.
Según nuestras informaciones y hasta l982, solamente cinco pueblos en la Provincia han
sido denominados Conjunto Histórico Artístico. Estos fueron: Atienza en 1962, Hita y
Sigüenza en 1965, Pastrana en 1966 y Brihuega en 1973. Expuesto esto y conscientes de lo
difícil que es ser objetivos cuando se escribe de lo nuestro, trataremos de justificar
este sentimiento de olvido al que antes nos referíamos.
Hablemos por tanto del Casco Antiguo, es decir del Conjunto Histórico. Tres cuartas
partes aproximadamente fue destruido, primero por los efectos directos de la última
guerra y después, a juicio de muchos de nuestros viejos, por el Instituo de Regiones
Devastadas.
Pues bien, la parte que quedó en pie, o la que ha surgido en los solares de la
destrucción, o la que pueda surgir en los numerosos solares que aún quedan, está
regulada por una legislación especial en cuanto a la reparación y construcción de
viviendas. Así mismo el arreglo o pavimentación de calles también han de regirse por
las mismas leyes. Como es lógico, estas normas encarecen de manera muy elevada cualquier
proyecto de tipo vial que el Municipio por sí sólo no puede acometer.
Todos, creemos, estamos de acuerdo en respetar esas leyes. Todos estamos de acuerdo y nos
felicitamos por ello en que para proteger el Conjunto Histórico existan estas normas. Lo
que no estamos tan de acuerdo es que las gentes que viven por esa parte del Pueblo ante
una enfermedad tengan que ser evacuadas no se sabe como, pues cuando llueve, por ser las
calles empinadas, con tramos de tierra por haber desaparecido sus empedrados centenarios,
hace imposible que un vehículo o ambulancia pueda acercarse incluso a varios cientos de
metros. Sirva como ejemplo más típico la Iglesia, la única que sobrevivió a la
destrucción, a la cual en invierno no se puede acceder más que a pie y no siempre sin
problemas. Lo relatado no es más que una somera información del estado de las calles en
el Casco Viejo, lo cual anima a que muchas personas desistan de la idea de construir en
tan, por otra parte, pintoresco e histórico lugar. Hemos de añadir, porque es de
justicia, que en el Conjunto Histórico está arreglada la Plaza y unos cuatrocientos
metros de calle y que las diferentes Corporaciones bastante han tenido y tienen, nos
referimos en lo económico, con resolver los problemas que plantea un casco urbano con una
extensión, entre la parte antigua y la edificada por Regiones Devastadas, similar a la de
pueblos con niveles de población varias veces superior, algo a tener en cuenta también
por las Instituciones provinciales y/o comunitarias.
Pero si estas son nuestras carencias de tipo vial con respecto a otros pueblos, hemos de
preguntarnos también sobre otro tipo de atenciones que merece todo Conjunto Histórico
Artístico. Para ayudar a resolver estas necesidades hay partidas en todos los
Presupuestos de las Instituciones, otra cosa son los motivos o preferencias que inclinen
su distribución a uno u otro lugar.
Pues bien, como ya hemos mencionado, a raiz de 1965 Hita es nombrado Conjunto Histórico
Artístico. A consecuencia de ello se comenzó a restaurar una pequeñísima parte de las
murallas y la Puerta de la Picota. Se acabó el presupuesto y ambas restauraciones se
quedaron inacabadas, con un aspecto de mutilación mas que de ruina o vestigio. Hace de
ello veinticinco años. Curiosamente los veinticinco años que más se ha hecho en España
por el Arte, por la Cultura y por la conservación del Patrimonio y que con toda seguridad
más dinero se ha invertido, vía presupuestos, para este tipo de restauraciones.
Somos conscientes de que normalmente los poderes públicos cuando se les demanda e informa
sobre causas justas, son sensibles a ellas. Por ello hemos hecho énfasis: primero en las
calles, pues en el umbral del siglo XXI parece ser una necesidad, y segundo en la Puerta
de la Picota, porque es la entrada, la carta de presentación del Conjunto Histórico.
Esta puerta volada en la última guerra fue edificada por el Primer Marqués de Santillana
que reedificó también el castillo moruno donde vivió. Si la restauración de esta
Puerta se hubiera terminado, además de su recuperación artística, habríamos logrado de
nuevo el mirador desde cuyas almenas se podía divisar, allá en el horizonte acostados
sobre la sierra madrileña, Miraflores y Buitrago, al sur Madrid y Alcalá, donde comienza
la inmensa cornisa alcarreña divisándose en su totalidad y también nuestra alargada y
verde Campiña y por el norte todo el Conjunto Histórico, paisajes sin los cuales no se
entendería del todo la obra del Arcipreste. Posiblemente el presupuesto no sería muy
superior al dedicado a levantar un torreón del castillo de Jadraque que habiéndose caido
hace unos inviernos al medio año tenía aprobada su nueva restauración vía
presupuestos, no pudiendo asegurar si provinciales y/o comunitarios. Ello nos alegra, como
nos alegra que los otros Conjuntos Histórico Artísticos vayan logrando sus objetivos
mediante este tipo de presupuestos. Nos alegramos tanto como lamentamos nuestro ya secular
olvido.
De las murallas, de la decadencia de los Festivales, de la llamada Casa del Arcipreste,
adquirida por Instituciones del Estado en condiciones habitables y hoy convertida en
ruinas en el centro mismo del Conjunto Histórico, del proyecto para hacer un Centro de
Estudios o Archivo de Literatura Medieval en la casa anteriormente mencionada, por el Ente
Archivos y Bibliotecas, del suelo de la histórica Iglesia de Santa María y de otro tipo
de Patrimonio que está en la mente de muchos y del que nos podríamos extender
ampliamente, pero no voy a entrar en mas detalles, cuando Hita tiene primerísimas
necesidades de tipo vial y cuando lo que se comenzó hace cinco lustros sigue siendo
asignatura pendiente. Que nadie se sienta aludido ni por acción ni por omisión. No se
trata de eso. Se trata de divulgar, de manifestar una vez mas una sensibilidad
generalizada, de que alguien con poderes nos visite, se informe y valore nuestra inquietud
y si es de justicia colabore o ayude en la toma de decisiones. Nuestro Pueblo
históricamente acostumbrado a sufrir todas las guerras y todos los expolios no merece
seguir resignado a su suerte, contemplando la cara de desilusión de tantas gentes como
nos visitan al contemplar el estado de abandono del pueblo del Arcipreste.
Juan Ruiz y un siglo después Don Iñigo López de Mendoza, a juicio de eruditos, fueron
los dos mejores poetas de la Edad Media, incluso más allá de nuestras fronteras. Aún
quedan unos vestigios que pueden favorecer el vuelo de nuestra imaginación a épocas de
nuestra común historia. En este sentido ayudar a un lugar desde donde tanto se hizo por
la poesía y la literatura española no es mas que colaborar y respetar nuestra historia y
nuestra cultura, sin las cuales, los pueblos, comarcas y naciones pierden algo tan
importante como su identidad.
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